Hemos hablado con...
LUIS BERASALUZE

“Yo no soy un crítico literario, soy un lector enamorado”

Luís Beresaluze nació en Biar en 1925. Estudió Derecho. Durante los años 50, tuvo una gran actividad periodística en Madrid, en las revistas: Juventud, El Español, Triunfo, Don José y La Hora. Tras un paréntesis, en el que se dedicó a la dirección de empresas, regresa a la actividad periodística pero ya en Alicante, colaborando en ABC (edición local), La Prensa, El Periódico de Alicante y Las Provincias (Alicante). Ha publicado varios libros: Entre Azules (2001), En aquel tiempo (2002), Trinidad de la Palabra (2003), Vicente Ramos: Alicante (2004) y Nácar y espuma, el Promontorio blanco (2004).

Sintió gran interés por Miguel Hernández, estudiando su vida y su obra, al igual que por Azorín y Gabriel Miró, considerando a estos tres autores los más grandes escritores que haya dado jamás Alicante.

Es íntimo amigo de Vicente Ramos (estudioso nacido en Guardamar del Segura, Alicante), con el que coincide en numerosos aspectos y del que ha escrito una biografía, citada anteriormente.

ENTREVISTA

1. En todos sus libros vemos reflejada la idea de difundir Alicante y su cultura, ¿desde cuándo tiene esa inquietud?

Desde prácticamente, siempre. Alicante me parece un escenario privilegiado, un anticipo de nuestro último destino, confortable y luminoso y una patria de escritores excepcional. Eso que llama mi inquietud por su cultura se concreta, fundamentalmente, en su literatura.

2. ¿Qué sería capaz de hacer por su ciudad?

Escribir. Simplemente escribir. De sus hombres y sus cosas. Considero que haciéndolo, intentando hacerlo con pretensiones de rigor y belleza, correspondo al continuo y prodigioso regalo de ese azul suyo por el que cada vez me considero más concernido. Añadiendo a la ciudad, la provincia.

3. ¿Cómo surgió su interés por Miguel Hernández?¿qué representa la figura de Miguel Hernández para usted?

Leyéndole. Descubriéndole. Sintiendo en el corazón como un apretón incómodamente satisfactorio, inquietante y casi, inmediatamente, devoto. Sintonicé con su alma compañera desde el primer momento. Descubrir a Miguel es un acontecimiento literario.

4. ¿Qué opinión le merece la obra de Miguel Hernández?

Yo no soy un crítico literario. Soy un lector enamorado. Es uno de los poetas que más directamente me ha llegado al corazón. Me parece, de todos modos, una obra apasionante, asilvestradamente sublime, de un brillo pardo extrañísimo, que convierte la existencia en una rara liturgia en que el barro se hace eucarístico, la vida transparenta muerte y el hombre, del modo mas atrozmente antropológico, pasa a ser un trasunto teológico.

5. ¿Qué opina de la labor que está realizando la Fundación Cultural Miguel Hernández?

Me agradaría estar más informado de sus actividades de las que, desgraciadamente, no se me alcanza gran noticia. Será, sin duda, más culpa mía que de la propia Fundación. A juzgar por el interés con que se movilizan ustedes cada vez que alguien ( y lo digo por propia experiencia) toca la figura del enorme oriolano, considero que será muy positiva, motivo por el que lamento y me culpo, si corresponde, por no haber sabido estar todo lo al corriente que sería deseable y muy grato para mí.

6. ¿Cree qué es necesario seguir difundiendo la figura del poeta?¿seguirá usted investigando al poeta oriolano?

No sé si a amarlo y proclamarlo por escrito se le puede llamar investigar. Pienso que no tengo dotes para la investigación. No soy un estudioso. Soy un lector fervoroso y agradecido. Y quiero pagarle el bien que me hace con el que yo pueda hacer a su figura, glosándola con admiración y cariño. En este sentido, anticipo a ustedes que he entregado a una editorial madrileña un texto sobre Miguel, titulado “MIGUEL HERNANDEZ. SANGRIENTO ENDECASILABO DE BARRO”. Por primera vez y excepcionalmente, en cierto modo, ahí sí que hago de investigador pero, como cuando biografíé a Vicente Ramos, de manera atípica e incompleta, también. Me ocupo de las obsesiones temáticas de Hernández, de sus fijaciones y presencias, tercas y reiteradas. De la sangre, el toro, el sexo, el barro, todos esos rayos que no cesan y aparecen constantemente incorporando los perfumes, esencias, criaturas y sensaciones de su naturaleza como recién estrenada, al conjunto de su obra. Trato de cada una de esas obsesiones o presencias, de cómo todo el Miguel lírico gira en torno a esos ejes, y lo muestro estrofa por estrofa, de una manera relativamente ordenada y congruente. Estoy a la espera de la acogida o rechazo editorial. Como pasa siempre.

7. En su libro La trinidad de la palabra vemos reflejadas conversaciones entre Azorín, Miguel Hernández y Gabriel Miró, ¿Qué mensaje pretende hacer llegar al lector?

Aquel libro es una obra de ficción. Pura creación imaginaria. El mensaje de que tiene a su disposición la obra de tres enormes genios de la literatura española, que así como ellos se entre ocupan de sus alternativas cosas en el cielo, puede él ocuparse de ellas, a través de sus libros, aquí, en la tierra, en la tierra nuestra y de ellos, en este Alicante que fabrica tales escritores. Y de tres en tres.

8. Aparentemente su libro invita a pensar que nos encontramos ante una novela, ¿cabe tal consideración?

No me lo propuse. No me considero con condiciones para novelar. Yo creo saber pensar y sentir. Y comunicarlo. Allí había ficción, desde luego. Pero yo lo calificaría mejor de ensayo narrado, si bien los tres artistas inmensos se producían como protagonistas y dialogaban, en un cierto ambiente y escenario, si es que así pueden llamarse las cosas topológicas del Cielo.

9. ¿Cómo surgió esta historia?

Primero fue materia de un artículo periodístico, titulado de la misma manera. Me di cuenta de que aquello podía dar para muchísimo más y decidí desarrollarlo de la forma narrativa que lo hice, en un libro. Me interesaba mucho hablar de ellos y que ellos, de manera casi autónoma, cada uno según su personalidad y manera, ( en eso es donde más hube de apretarme las meninges) se produjese según su carácter y a su modo, hablasen de sí mismos y sus cosas, a la vez y turnándose. Los hice tertulianos en unos hipotéticos miércoles en el Empíreo.

10. ¿Qué papel juega la figura de La Trinidad?

Ninguno, en este libro. Si bien es un dogma de mi religión que me apasiona y he tocado profundamente y yo diría que de un modo osadamente original, en el penúltimo de mis libros, titulado CREO EN NOSOTROS. Repito que ninguno. Trinidad porque eran tres los protagonistas del libro, los autores de sus palabras.

11. ¿Qué le motivó a realizarla?

Si se refieren a la presunta novela, mi interés en ocuparme de estos tres monstruos nuestros, de hablar de ellos, de llamar la atención sobre sus méritos, de honrarlos con mi amorosa descripción de sus andanzas y decires en el más allá. Un entretenimiento de homenaje y auto complacencia. Porque me sentía feliz, sirviéndoles.

12. ¿En qué se apoya cuando afirma: son los tres más grandes escritores que haya dado jamás Alicante?

En mi convicción. Pienso que no ha dado Alicante, jamás, escritores como ellos. Si los ha dado, como alicantino, pido perdón por mi ignorancia. Y además de los más grandes, contemporáneos, juntos, viviendo al mismo tiempo.

13. ¿Por qué una biografía de Vicente Ramos?

Empecemos por lo de “atípica e incompleta”. Porque no la había. Y porque la merece como probablemente muy pocos alicantinos vivos. Lo considero un referente cultural muy importante en nuestra sociedad. Se había producido antes una magnifica semblanza ( así la llamó el autor), de Martín Sanz, que fue como una entrevista periodística prolongada, como un reportaje muy bien informado. Aun no se ha hecho, gracias a Dios la verdadera biografía porque Vicente, felizmente, sigue entre nosotros. Yo quise meter, vivencia, pasión, carne, compromiso, en la documentada estructura de Martín Sanz. Que el Vicente de mi libro vibrase y lo hiciesen también las cosas en su torno.

14. ¿Cómo definiría la labor hernandianiana de Vicente Ramos?

La defino en la citada semi biografía. Muy profesionalmente valiente publicando sus cosas en los inmediatísimos años de su muerte, cuando Miguel era un enemigo del régimen y ocuparse de él una autentica temeridad, por la que Vicente recibió advertencias y amenazas, que allí se consignan. Cuidando su legado. Ocupándose de la viuda y el hijo. Consiguiéndole un enterramiento perpetuo arrancándolo, prácticamente, de la fosa común, mediante una suscripción nacional entre escritores. Proponiendo la erección de un monumento. Y asistiendo con amor y paciencia, porque es casi un santo, a la ingratitud de unos, la rapiña de otros y la atribución de la titularidad de todos sus logros y empeños a advenedizos chupadores de rueda oportunistas y desvergonzados. Esa”labor hernandiana” me parece tan relevante humanamente, tan generosamente hermosa, que renuncio a los aspectos técnicos y profesionales de sus conferencias, publicaciones, estudios y especialización literaria, compartida con el Miró de sus más encendidos fervores. Por lo que se refiere a Miguel Hernández, el Ramos que más me interesa es el hombre, el amigo, el “compañero del alma”, generoso, valiente, arriesgado, mal agradecido y desplazado de las oportunidades de la foto y el reconocimiento cuando eran solo suyos y únicamente por él merecidos. Por él y su amigo Manuel Molina, compañero en tales grandiosos episodios. Creo que mi libro proclama en este sentido cosas importantísimas que la gente no conocía. La verdadera circunstancia del Miguel pos mortem. Toda a cargo de Vicente y el también oriolano Molina.

15. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

En Enero y Febrero de 2.005 presento “NACAR Y ESPUMA. EL PROMONTORIO BLANCO” editado por el Instituto de Cultura Alicantina Juan Gil Albert, aunque ya está a la venta, y “EL VUELO Y LA PARÁBOLA”, de Edicions Locals de Novelda. Sin perjuicio de lo que resulte del envío de mi original “MIGUEL HERNANDEZ. SANGRIENTO ENDECASILABO DE BARRO”, a una editorial madrileña el pasado 15 de Diciembre.

Asun López Salvador-Rabaza
Rebeca Serrano Fernández
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