DOS AMIGOS FRENTE A SUS CENTENARIOS
Dtor. TE Centenario
Miguel Hernández

La reciente conmemoración del centenario del nacimiento del escritor alcarreño José Herrera Petere (1909-1977) ha traído consigo, aparte de un fructífero I Congreso Internacional que se celebrará en Guadalajara del 30 al 31 de octubre de 2009, la publicación de las obras completas, en curso de edición. Los tomos que comprenderán la producción literaria y artística peteriana tienen como objetivo principal restituir al autor su valor literario y hacerlo accesible a quienes, en un principio por los rigores censores del franquismo, y después por incomprensiones del mundo editorial y académico, se vieron privados de conocer las obras de Herrera Petere.
Recientemente han sido localizados cuatro textos inéditos del escritor guadalajareño relativos a Miguel Hernández (cercano el centenario de su nacimiento en 2010), dentro del trabajo que actualmente estamos desarrollando en torno a los artículos y otros ensayos literarios de Herrera Petere para el tomo correspondiente de obras completas, editadas por la Diputación Provincial de Guadalajara y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En ellos, resplandece la fuerza de una convicción y de una fe en el Hombre y en las posibilidades de éste. Dichos textos atestiguan la fuerte presencia, en el recuerdo y la pluma, del poeta oriolano. En uno de ellos (“A la memoria de Miguel, poeta fuerte”), podemos leer: “¡Oprimíale el corazón ver a España partida! Pero en mitad del ansia, supo crear, cantar e imprecar como poeta, como amador entrañable, como experto conocedor del ser amado, el pueblo, el campo”.
La crítica ha destacado en los dos escritores varios elementos comunes: el sentimiento de pertenencia a la denominada generación del 36; frecuentación de las mismas tertulias literarias y amistades; contactos con la Escuela de Vallecas y textos dedicados al escultor Alberto Sánchez; militancia en el Partido Comunista e integración en el Quinto Regimiento, con activa participación en los medios periodísticos partidarios (Milicia Popular o Frente Extremeño, por ejemplo) y presencia en frentes de guerra, como los de Andalucía, Extremadura y Guadalajara; fechas cercanas de boda (Herrera Petere y Carmen Soler el 15 de febrero de 1937, y Hernández y Josefina Manresa el 9 de marzo); coincidencia de sus trabajos literarios en varios romanceros colectivos y manifiestos; y para finalizar, los unió varias pérdidas familiares: el padre de Josefina Manresa, guardia civil, fue asesinado por los republicanos en agosto de 1936, y su primer hijo murió en octubre de 1938, mientras que el hermano de Herrera Petere cayó en el frente de Aragón en septiembre de 1937.
Precisamente, esa tragedia que fue la guerra civil se convertirá en tema inagotable y repetitivo, obsesionante casi, para Herrera Petere durante el resto de su vida en sus escritos. Y unido a él, figuras simbólicas como Antonio Machado o Miguel Hernández. En el caso del oriolano, nos proponemos ofrecer diversos textos inéditos de Herrera Petere sobre su amigo levantino, conservados en el Archivo Herrera Petere de la Biblioteca de Investigadores de la Diputación Provincial de Guadalajara, gracias a la generosidad de Emilio Herrera Soler, a quien agradecemos su colaboración y entrañable afecto, así como a los responsables del mencionado Archivo Herrera Petere.
Desde el principio de sus trayectorias literarias ambos vuelven los ojos a los autores clásicos para, en el caso del castellano-manchego, reflexionar sobre la crisis que azotaba la sociedad española mirándose en el pasado del país y en quienes eran capaces de plasmar esas inquietudes y transformarlas en literatura; en Miguel Hernández, ese regreso a valores estéticos se justificaba por lo que tenía de autodemostración, primero, de que era capaz de asimilarlos y de adquirir técnicas que le sirvieran posteriormente, y segundo, por el posible reconocimiento público que ello entrañaría tras la publicación de sus poemas. Esto se ve de manera clara en su primer libro, Perito en lunas, cuyo impacto crítico fue, verdaderamente, decepcionante para el oriolano. Esta impronta clasicista, con el sello personal que caracteriza a los dos escritores, recorrerá el resto de sus obras.