“Miguel Hernández 2006. Evocación y homenaje en la Sede Universitaria de Alicante".
Coordinador: Manuel Parra Pozuelo
SEDE UNIVERSITARIA DE LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE, 2007

El día 28 de marzo es una fecha significativa dentro del mundo hernandiano por una simple razón. Ese día de 1942 muere Miguel Hernández a las 5.30 de la mañana en la enfermería de la prisión alicantina. Al ser una efemérides clave, estudiosos, investigadores, en definitiva, admiradores de la obra y vida del poeta oriolano, han realizado desde hace años varios homenajes en su honor. En esta larga lista cabe citar como ejemplo la conocida “Senda del Poeta”, la recopilación de Manuel Diego Rodríguez, la de Mª Gracia Ifach junto con Manuel García García y, por supuesto, el libro que a continuación reseñamos.
Bajo la coordinación de Manuel Parra Pozuelo, se ha publicado el libro que nos ocupa, “Miguel Hernández 2006. Evocación y homenaje en la Sede Universitaria de Alicante”, en el que encontramos una breve introducción sobre el porqué de esta obra a cargo de Jesús Pradells Nadal y un resumen escrito por Parra Pozuelo acerca del contenido de la misma.
En estas páginas se condensan algunas de las interesantes actividades que se desarrollaron dos días consecutivos de marzo de 2006, el lunes 27 y el martes 28, coincidiendo con el 64 aniversario de la muerte de Hernández. En el primer día de este merecido homenaje a nuestro poeta tuvo lugar la presentación del libro de Manuel Parra y de Juli Martínez Amorós, que se titula “Algunos de los nuestros. Sobre todo Miguel Hernández i alguns del nostres”.
Y en la segunda jornada los eventos fueron mucho más amplios: talleres para niños, lectura de poemas y textos dedicados a Miguel por grupos poéticos y literarios de Alicante, a lo que se debe añadir la magistral conferencia “Miguel Hernández y Pablo Neruda: historia de una amistad truncada por la muerte”, a cargo de Carmen Alemany Bay, Directora del Centro de Estudios Mario Benedetti de la Universidad de Alicante.“El Vulnerado Silbo Indestructible”, poemario de Parra Pozuelo, fue el colofón de esta jornada hernandiana, ya que se escenificaron algunos de los versos de esta obra.
En la publicación que tenemos entre manos, encontramos la conferencia de la profesora Alemany, que destaca por su claridad, amenidad y por dar a conocer de forma didáctica la amistad que surgió entre Miguel y Pablo, aunque parece orientado a un público versado mínimamente en la vida de ambos. A pesar de que se vieron pocas veces a lo largo de su vida, conectaron enseguida y Miguel tendrá presente a Neruda en su lírica y viceversa. En definitiva, es un repaso a su vida adulta, dando por entendido su particular trayectoria.
En la lectura de “Miguel Hernández y Pablo Neruda: historia de una amistad truncada por la muerte”, la autora ahonda en la labor que realizó el chileno como diplomático de su país a favor de los refugiados españoles, que según opina en su libro de memorias, “Confieso que he vivido”, es “la más noble misión que he cumplido en mi vida”. Pero, a pesar de esos esfuerzos, el poeta oriolano no pudo salvarse. Esta disertación nos ayuda a indagar un poco más en la vida de Miguel y llegar a saber que fue una persona que marcó hondamente a sus amigos, ya fueran los de Orihuela o los que conoció en Madrid. Además, advertimos que Hernández ya en vida llegó a ser un representante o, incluso, un icono de la libertad y del compromiso político.
También señala la semejanza entre la muerte de Hernández y de Neruda, que fallecieron sepultados “entre el silencio de miles de voces quebradas por la dictadura”. Recapitulemos: el oriolano murió en las cárceles franquistas, y el chileno, pocos días después del golpe de Estado de Pinochet en 1973.
Hallamos, a continuación, una recopilación de los poemas que se recitaron el día 28 en estas jornadas, que tiene una clara finalidad: difundir y divulgar a Hernández. Destaquemos varios puntos sobre esta antología. Están realizados por una serie de grupos poéticos de la provincia de Alicante y en cada uno de dichos versos vemos que se pensaron y redactaron desde la perspectiva del autor que escribe fijándose en un canon determinado, en este caso, Miguel Hernández. Éste es un paradigma para dichos autores y, además, les sirve como tema recurrente para sus composiciones. Por ejemplo, tenemos una muestra de ello con este fragmento de Harmonie Botella del grupo “Anuesca”:
“En nuestra tierra envenenada por el odio,
yo, la esposa del soldado, espero tu retorno,
espero que veas nacer el fruto de mis entrañas,
espero que regales la paz a nuestros hijos”. (p. 47)
La mayoría de los poetas que integran las páginas de “Miguel Hernández 2006” homenajean al oriolano recordando sus poemas más significativos, los de la guerra, la “Elegía”, las “Nanas de la cebolla”...En definitiva, recurren a los símbolos hernandianos por antonomasia en su continua alusión al poeta:
“Cantadle al niño yuntero
las nanas de la cebolla,
que llora con desconsuelo
por Miguel y, en su memoria,
venid acá jornaleros”. (p. 93)
Malena
A lo largo de estas composiciones líricas, mencionan lo que ha significado para ellos la obra del oriolano, y en el momento en el que lo conocieron. Estos escritores leyeron la obra de Miguel mucho después de su muerte y ya se había convertido en un símbolo para varias generaciones; señalan que, cuando se acercaron a sus páginas, les marcó sobremanera su forma de escribir poesía y es un motivo de inspiración, por lo que nos hace saber que la poesía de Hernández sigue estando vigente y no se ha quedado localizada en un periodo concreto de la historia española.
Según leemos estos versos, observamos que son textos de origen diverso y no responden a un esquema homogéneo, cada poeta ha escrito según su criterio y con una única premisa: tomar como referente a Miguel Hernández y todo el léxico significativo que empleaba.
En definitiva, se ha de destacar la importante labor que cumple Manuel Parra Pozuelo al homenajear al poeta oriolano de diversas maneras, entre ellas las actividades de la Sede Universitaria y la publicación de los poemas que se recitaron. También debemos aludir a la obra titulada “El Vulnerado Silbo Indestructible”, que está dedicada a Manuel Molina y al poeta oriolano. De esta serie de actos en honor a la figura de Hernández, se puede concluir que éste ha dejado una impronta imperecedera en la poesía en general, ha alcanzado el estatus de paradigma para los poetas del siglo XXI, y, además, su obra ha servido de inspiración a cualquier persona que se atreve a plasmar sus sentimientos en un papel y tenemos este libro para demostrarlo. Además, se ha de destacar la huella del oriolano en los diversos grupos poéticos alicantinos. Por último, finalizamos con un fragmento de una pieza poética de Parra Pozuelo:
“Quiero vivir de nuevo tu pasión y tu grito,
y recordar, gozoso, que no fueron bastantes
las cárceles y el odio para que se ocultase” (p. 73)
María Martínez