Hemos Hablado
"Manuel Parra Pozuelo"

Nacido en Socuéllamos (Ciudad Real) en 1942, es profesor de Educación General Básica y Catedrático de Enseñanza Secundaria de Lengua y Literatura Españolas del Instituto de Bachillerato Jorge Juan, de Alicante.

En 1962 obtuvo el primer Premio y la Flor Natural de los Juegos Florales de Ciudad Real. En 1993 consiguió el Premio Amantes de Teruel por su libro “Mi voz en otros cantos”. En el mismo año publicó el poemario “Si tanto los amé por qué no profanarlos”.

En 2002 recibió el Premio Carmen Arias de Socuéllamos, el segundo premio del Concurso de Poesía de la Villa de Iniestas y el primer Premio del Concurso de Poesía Manuel Molina, del Ateneo Científico y Literario de Alicante, por un conjunto de poemas titulado “El Vulnerado Silbo Indestructible”, dedicado a los poetas Miguel Hernández y Manuel Molina.

Ha publicado dos plaquettes: una, titulada “Pentalogía del vino de Socuéllamos”, y “Socuéllamos de otro tiempo”.

En 2006 publicó “Algunos de los nuestros”, con Juli Martínez Amorós y en 2007 “Miguel Hernández 2006. Evocación y Homenaje en la Sede Universitaria de Alicante”.

Ha realizado diversos estudios críticos en los que destacamos “Análisis de tres poemas de la obra de Pedro Lezcano” y un comentario del poema “La palabra o la vida”, de Agustín Millares.

En la actualidad, colabora con sus trabajos de creación y de crítica literaria en numerosas revistas y participa en gran número de recitales poéticos. Dirige la revista alicantina “Auca”.

“En muy pocos años, Miguel Hernández elaboró una obra variada y extensa”

¿Cómo comenzó su afición por la poesía?

El atractivo que sobre mí ejerce y ha ejercido la poesía está indisolublemente unido a mis primeros recuerdos. Desde siempre me he sentido turbado por emociones y sentimientos que me alejan de la rutina de lo cotidiano. Eso es la poesía y yo he vivido siempre en ese ámbito, en el del misterio de la existencia. Quizá haya carecido del valor necesario para dejarme llevar por el implacable y trágico destino de la emoción desnuda y, uncido a la espesa y municipal catarata de los instantes dromedarios, es como he vivido. Miguel Hernández sí vivió la pasión y la muerte de la turbación poética. Por eso lo admiro y me identifico con su acontecer trágico y fulgurante.

¿Qué le pareció la idea de ser el coordinador de este libr

El libro es la realización de un viejo proyecto que no era otro que conseguir que el recital de poesía que, en honor de Miguel Hernández, se realiza cada año, por grupos poéticos alicantinos se plasmase y concretase de tal modo que permaneciese más allá de los momentos en los el homenaje tenía lugar. Gracias a la generosidad del Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Alicante hemos podido ver hecho realidad nuestro deseo y hoy existe un libro, “Miguel Hernández 2006”, en el que se recogen los poemas leídos en el homenaje que ese año leímos en honor de nuestro poeta. Asimismo, hemos incluido una esplendida conferencia de doña Carmen Alemany Bay, en la que se describen y analizan las relaciones entre Miguel Hernández y Pablo Neruda.

En el libro que usted coordina, Carmen Alemany habla de la intensa relación que tuvieron Pablo Neruda y Miguel Hernández. ¿Cómo fue de intensa esta relación? ¿Cómo se conocieron Pablo Neruda y Miguel Hernández?
Fue en Madrid en el verano de 1934. En palabras de Neruda: “En un fuerte verano seco de Madrid, del Madrid anterior a la guerra, me encontré por primera vez con Miguel Hernández. Lo vi de inmediato como la parte dura y permanente de nuestra gran poesía”.

La relación entre ambos fue intensísima. Las coincidencias personales e ideológicas fueron tan profundas que, una vez muerto Miguel Hernández, en un acto más de la inmisericorde represión franquista, Neruda personificó en la imagen y el recuerdo de Miguel la tragedia del vencido y humillado pueblo de España, y fue la emocionada huella del inmortal poeta oriolano en la obra de Neruda una de las circunstancias que explican su reconocimiento universal. Para Pablo Neruda, tras la caída de la Republica y la injustificable muerte de Miguel, su figura se transforma en un símbolo del también cautivado pueblo español. Desde esta perspectiva, el poeta chileno, merecedor del Premio Nobel, dedicó dos de sus poemas a Miguel Hernández, en los que no se ahorran calificativos para exaltar y definir a su figura y a su poesía, y así lo llama “arcángel de las cabras, pastor caído, gigantesco poeta de su pueblo”.

Este libro es un pequeño tributo a la poesía de Miguel Hernández. ¿Resultó difícil convencer a los colaboradores?
Como ya he indicado, este libro recopila las obras de poetas residentes en Alicante que, a través de los grupos poéticos en los que se encuadran, nos hicieron llegar los textos de sus poemas que fueron leídos, como un homenaje a nuestro poeta, el 28 de mayo de 2006. Por nuestra parte sólo hemos servido de cauce o vehículo que ha posibilitado la materialización de la devoción hernandiana en este volumen. Han sido la obra y la imagen de Miguel las que han hecho posibles los versos y las prosas que hemos recogido en “Miguel Hernández 2006”.

¿Cuál es su opinión sobre la poesía hernandiana?

A nuestro juicio, en la obra de Miguel Hernández se simboliza el desgarrado y desgarrador siglo que acaba de finalizar, en el que tanto y tanto sufrimiento cayó sobre nuestro pueblo. En la España trágica y cainita del siglo XX, sus poemas están hechos con la sangre y las esperanzas del pueblo, que, como su propia vida, fueron truncadas y abolidas, casi antes de que vieran la luz.

Por otra parte, es preciso destacar que, en muy pocos años, Miguel Hernández elaboró una obra variada y extensa, en la que dejó constancia de sus apasionados sentimientos, tanto de su amor o sus amores como de sus convicciones políticas y sociales, sin olvidar las desoladas lamentaciones de sus últimos poemas. En definitiva, el apasionado sentir de Miguel queda para siempre constatado en su obra, en la que las circunstancias personales y sociales que le rodearon, lo que la vida ofreció a Miguel, quedó bella y perennemente reflejado, tal como fue sentido, sufrido e, incluso, en ocasiones, gozado.

Formalmente, su aparente sencillez le permite llegar, gracias a su sinceridad emotiva, a lectores de cultura media a los que estaba destinada y su profundo y sincero deseo de libertad y emancipación le dan una perenne validez ética.

¿Qué representa para usted la obra de Miguel Hernández

Un hito permanente e imborrable por su excelencia ética y estética.

La Fundación Cultural Miguel Hernández, ¿ha colaborado con usted de algún modo para la realización de este libro?

La Fundación Cultural Miguel Hernández actúa como una genérica motivación para cualquier labor relacionada con la vida y la obra de Miguel Hernández. En este caso estoy seguro que desempeñará un importante papel en la difusión de esta obra, tal como ya lo está haciendo con la publicación de esta entrevista.

Dentro de apenas tres años se conmemorará el centenario del nacimiento del poeta. ¿Tiene alguna propuesta al respecto?
Quisiera aportar a este centenario tanto nuevos poemas como estudios, en ambos aspectos creo que es mucho lo que falta por hacer, también me gustaría volver a editar, corregidos y ampliados, mis trabajos sobre Miguel (el poemario “El Vulnerado Silbo Indestructible”, y el libro en el que se incluyen estudios sobre Miguel Hernández titulado “Algunos de los nuestros”).

¿Tiene algún proyecto futuro relacionado con el poeta oriolano?

Además de continuar teniendo sus obras como mi libro de cabecera, y que su vida sea el permanente ejemplo para la mía, realizar las tareas indicadas en el apartado anterior.

María Antonieta M. Lidón

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