Entorno del Poeta
Paraíso Local

Desde este rincón os acercaremos sucesivamente a la realidad social y cultural que determinó la obra del poeta oriolano Miguel Hernández. Desde la consideración de su entorno para la interpretación de la sociedad de su época y viceversa. Según el antropólogo británico Evans Pritchard Los hombres no sólo crean su cultura material, y sienten apego por ella sino que además construyen sus relaciones a través de ella y se ven en función de ella.

En este primer número trataremos de describir el contexto general del momento en el que vivió el poeta, la naturaleza y el espacio construido no pasan desapercibidos ya que estimulan sus sentimientos y sensaciones.
Orihuela está delimitada por su sierra altiva, fortificación natural y refugio en otro tiempo. En sus faldas se asienta la ciudad, impregnada de diversas civilizaciones.

El repicar de sus campanas acompaña el movimiento de sus palmeras, concibiendo una imagen única que invita a la reflexión y a la conexión intercultural.

El río Segura serpentea entre la ciudad, siempre temido y deseado. A lo largo de los siglos, fuente de vida, convierte su entorno en un vergel floreciente que inspiró de manera notable al poeta. El paisaje se convierte de esta forma en un marco inmensamente colorista, donde los contrastes quedan difuminados a la vez que resaltan las pinceladas de la naturaleza. Se aprecia una luminosidad extrema que permite perderse en el horizonte sin límites, generando poesía visual. La percepción delicada, la pureza, el contoneo de los elementos determina un sentimiento, una forma de ver, es posible formar parte de la escena, desde una fusión perfecta y armónica. Miguel describe a la perfección este sentimiento, transmite la belleza de las cosas, de ésta manera es capaz de poner voz a lo que no tiene voz, de transcribir el alma del pueblo, de la tierra, del tiempo.

¡La luz, la luz, la luz en la montaña! ;
la luz, la luz, la luz en la ladera;
ni la estorba una fronda, ni la altera
ni el leve movimiento de una caña...

 

Esta capacidad se comprende con el análisis del entorno construído en el momento en que vivió.La distribución urbanística formada por los recovecos de las calles, en paralelo con la estructura social y económica muy diferenciada, dentro de la cual evoluciona el hombre y el poeta. Éstos aspectos inciden en su obra, desde una descripción intimista hasta la reivindicación más social que evidencia su temperamento.
Para profundizar en la figura de Miguel el acercamiento a su casa, nos hace revivir una época. Su vivienda mantiene las características de la arquitectura vernácula, respecto al color, horizontalidad y simplicidad de formas.

En su distribución interna se aprecia la influencia de otras culturas, sobre todo se puede apreciar a través del patio interno repleto de vegetación. Aspecto que provoca una cercanía del poeta con lo natural dando lugar a una simbiosis del individuo con el medio. La proximidad a lo sencillo y cotidiano, es un rasgo identificativo, probablemente sea lo que le eternice a lo largo de generaciones.

 

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